viernes, 25 de septiembre de 2009

La Zona Literaria

Otros tres textos de Photomatum

ANTÍDOTO

Es la mandrágora una planta mediterránea de raíz carnosa y ahorquillada. Se dice que la forma de dicha raíz recuerda un cuerpo humano, como un hombrecillo que, enclenque y fibroso a la vez, emergiera de la tierra. Por semejante forma cuenta la leyenda que aquel que desarraigue una mandrágora enloquecerá por el grito de angustia emitido por ésta. Para escapar al maleficio se ataba una cuerda, por un extremo a la mandrágora, por el otro a un perro hambriento. Luego se arrojaba al can un pedazo de carne, de forma que para llegar a poseerlo tuviera que arrancar la mandrágora. Entonces era conveniente taparse los oídos, a fin de evitar escuchar el mortífero aullido de aquella raicilla caprichosamente antropomorfa.



ABEJA

En Suarez y Apodaca una anciana se cortó las venas, pero la corriente de sangre que debió arrastrarla era más bien débil, y del desmayo pasó a un corto y pesado sueño en el que una abeja le zumbaba al oído.

Al despertar, abrió la ventana y la abeja voló fuera sobre el paisaje color ladrillo.



ANTROPOLÓGICA

Aún cuando sólo los separa una loma los vecinos de Ladera Este y los Ladera Oeste nunca se han visto. No es poca cosa. Nadie, ni los mejores antropólogos han podido entender el motivo de tal incomunicación. Y no es que no se hayan visto, sino que nada saben los unos de los otros, ni siquiera que existen. Mientras los de Ladera Este calzan botas de goma (hasta el muslo) y gruñen, los del extremo más occidental de la loma andan descalzos y no emiten ruido alguno: son perros mudos.




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